A David no lo defiende el gigante: "...el filisteo...le tuvo en poco; porque era muchacho..." (1 Sam 17:42). No lo define la opinión de Saul: "No podrás..."(v.33). No lo definen sus armas: una piedra lisa y una honda (v.40). Lo define Dios. Para que el diablo, el fracaso, el miedo, los tuyos, no te definan, no veas a Dios a través de tu gigante. iiSino ve a tu gigante a través de tu Dios!! Decide ser como Dios ha planeado que seas y no como las circunsatancias, los demás los demás, o el enemigo que quiere que seas. Sé,
Creyendo lo imposible,
Juan Germán Ortiz