domingo, 10 de octubre de 2010

Dejarse hacer "piojito" en las rodillas de la sensualidad, hace que Sansón termine pelón, sin esposa, sin vista y sin ministerio (Jueces 16:4-31). El diablo quiere engañarnos haciéndonos buscar lo que produce placer. El placer no es malo cuando tiene lugar en la voluntad de Dios. Cuando es sin impurezas que produzca dolor, culpa o sentimiento de vergüenza. El diablo a todo el mundo le dice: "Goza ahora". Lo que no te dice es: "Paga después"... Pero lo cierto es que cuando por un placer impuro desobedecemos a Dios, si pagamos caro después. Cuidado con dejarse engañar por el enemigo...

Creyendo lo imposible

Juan Germán Ortiz

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