domingo, 14 de noviembre de 2010

Alguien dijo que "la vida es como una cebolla, se va pelando poco a poco y también se llora". Aun cuando a veces se piensa que llorar es mal testimonio, la realidad es que el hombre mas grande que pisó esta tierra también lloró. De él se dice: "Jesús lloró" (Jn. 11:35). Una lágrima es agua, mas un poco de cal, mezclado todo esto con el ácido del sufrimiento. La gente llora porque tiene y también porque no tiene... Sin embargo, el Señor no nos deja con nuestro dolor, porque Dios sabe que somos de carne y hueso con un pedazo de pescuezo.

Creyendo lo imposible

Juan Germán Ortiz

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