Alguien dijo que "la vida es como una cebolla, se va pelando poco a poco y también se llora". Aun cuando a veces se piensa que llorar es mal testimonio, la realidad es que el hombre mas grande que pisó esta tierra también lloró. De él se dice: "Jesús lloró" (Jn. 11:35). Una lágrima es agua, mas un poco de cal, mezclado todo esto con el ácido del sufrimiento. La gente llora porque tiene y también porque no tiene... Sin embargo, el Señor no nos deja con nuestro dolor, porque Dios sabe que somos de carne y hueso con un pedazo de pescuezo.
Creyendo lo imposible
Juan Germán Ortiz
Creyendo lo imposible
Juan Germán Ortiz